El día de ayer vimos un poco acerca de estos trastornos hematológicos.
La primera se caracteriza por que la médula ósea se llena de grasa impidiendo que lleve a cabo sus funciones. Es normocítica y normocrómica. Dentro de los síntomas están la fatiga, deboilidad, pensamiento lento, cefaleas, mareo, irritabilidad, palidez, petequias (por destrucción de vasos capilares), equimosis, hemorragias, taquicardia, taquipnea, entre otras. Sus causas pueden ser desconocidas y en algunos casos se involucra con tóxicos como el As y fármacos (fenilbutazona, cloranfenicol, etc). Dentro de los objetivos están evitar infecciones o septicemias, puesto que son muy susceptibles a estas, reducir las hemorragias, preparar para trasplante de médula ósea, reducir el estado febril, evitar complicaciones y asegurar periodos de reposo. En nuestro caso no podemos hacer grandes avances hasta que el paciente haya pasado por la cirugía. Sin embargo, podemos restablecer reservas de nutrimentos, proporcionar dietas equilibradas, proveer la cantidad de líquidos necesaria, observar las condiciones en las que está el paciente y en base a estas proporcionar una presentación adecuada de los alimentos, y vigilar el consumo de corticoesteroides, si es que se consumen, puesto que podrían producir elevación de concentración de Na, disminución de K y Ca e hiperglucemia.
El segundo tipo de anemia es de origen hereditario, en la cual las células falciformes se vuelven rígisas alojándose en capilares del sistema periférico, además de que su tiempo de vida es más corto, la prevalencia mayor de este trastorno está en África. Sus síntomas son anemia crónica, palidez e ictericia, la homocisteína sérica puede encontrarse elevada, fiebre, dolor, "Síndrome torácico agudo" (principal causante de muerte). Dentro de los objetivos para tratarlas están: proporcionar complementos para corregir las deficiencias nutricionales, así como cualquier trastorno de esta índole; disminuir el débito de oxígeno, lo cual se puede realizar limitando el consumo especialmente de hidratos de carbono simples y con esto también se evitará ña sobreproducción de CO2; Reducir el dolor abdominal, disunción hepática, colelitiasis, ictericia y hepatitis, lo cual podría realizarse eliminando o limitando el consumo de colecistoquinéticos, y podemos usar como alternativa los ácidos grasos de cadena media, puesto que estos se dirigen directamente al torrente sanguíneo y no necesitan la secreción pancrética no bilia para la digestión; Disminuir la probabilidad de úlceras por presión, infecciones e insuficiencia renal, en este caso nos resalta que la dieta debe de ser inocua; fomentar el crecimiento y desarrollo normales de los niños, en este caso se puede suplementar, y finalmente establecer el consumo energético en reposo utilizano mediciones directas o indirectas o bien utilizar fórmulas especiales.
El día de hoy tuvimos un entrenamiento de coaching en donde nos enseñaron como relacionarnos con nuestros pacientes y cómo crear un vínculo de confianza para que pueda haber una buena comunicación y disposición de los mismos al tratamiento. Tenemos que manejar un contacto visual e interpretar su expresión corporal, al mismo tiempo utilizar el mismo lenguaje del paciente y tratar de simular los mismos gestos para crear empatía. Al momento de que el paciente vaya contestando las preguntas que le vamos haciendo parafrasear las respuestas. También podemos ayudarnos con imágenes evocadoras, la cuales ayudarán al paciente a recordar. Se utiliza un resumen parafraseado, en el cual comprobamos si entendimos lo que el paciente nos quiso decir, y finalmente la orientación en donde el mismo paciente propondrá soluciones y compromisos para llevar a cabo el tratamiento.